¿Sabías que lo que mejor aprendemos es lo que aprendemos de pequeños? Esto puede no ser así con todas las cosas, sin embargo, sí que sucede con los idiomas. Por eso, cuando se trata de un bebé, nada mejor que un profesor nativo para que le dé clase.

Ante todo conviene clarificar una cosa: un profesor nativo de inglés no es lo mismo que un buen profesor de inglés. Un profesor de inglés puede ser excelente: saber la gramática, ser muy bueno explicándola, hacer que sus alumnos se apasionen por el estudio del idioma… y sin embargo, fallar en algo en lo que un nativo no fallaría: enseñar a pronunciar de forma totalmente correcta.

Seguramente te hayas dado cuenta ya sea por personas que conoces o por gente que habla en la tele, que los extranjeros cuando hablan castellano suelen hacerlo con un acento característico. Los chinos suelen confundir R y L, los franceses a veces meten algún sonido nasal, a los ingleses les cuesta pronunciar la “J”… Todas estas cosas son debidas a un mismo fenómeno: La sordera lingüística.

Aprender inglés con nativos cuando se es bebé

Si conoces a alguien que habla el castellano “con acento extranjero” es que seguramente lo haya aprendido de mayor. Esto hace que no consigamos aprender la pronunciación de ciertos sonidos que, o los aprendemos de pequeños, o es prácticamente imposible para nosotros pronunciarlos. Se trata de la “sordera lingüística” y es la principal razón por la que la gente suele apuntar a sus hijos a aprender inglés desde que son pequeños con un profesor nativo.

Y es que un profesor nativo puede hacer que nuestros hijos pronuncien la “SH” o la “R” tal y como lo pronunciaría un inglés, un canadiense o un americano. Los niños, hasta los 12 años de edad (y más fácil cuanto más pequeños son) aprenden los sonidos sin dificultad y pueden reproducirlos a la perfección. Así, si tu hijo aprende inglés cuando es un bebé, dará igual que no lo practique durante décadas: Cuando sea mayor, el día que quiera podrá pronunciar todos y cada uno de sus sonidos y lo podrá hacer porque lo aprendió de pequeño.

Es cierto que se puede aprender inglés a prácticamente cualquier edad y que no hay límite para ello. Sin embargo, los padres deben tener en cuenta que una cosa es “hablar inglés” y otra muy diferente es “hablar inglés como un nativo”. Si queremos que nuestros hijos puedan hacer esta segunda opción en algún momento de su vida, entonces debemos darles clases de inglés con profesores nativos desde la propia cuna.

Durante la infancia, al crecer con estos sonidos y con la sonoridad típica y propia del idioma inglés, los niños podrán retener los sonidos y reproducirlos. De esta forma, cuando más adelante en sus vidas tengan que utilizar el inglés, lo harán sin ningún tipo de problema y con un nivel y una dicción similares a las de un profesor nativo… Así que ya sabes, ¡aún estás a tiempo!

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